miércoles, 4 de septiembre de 2013

Somos las palabras que dicen: lo que somos. (Una carta de ¿?)

A quién corresponda:
Por medio de la presente me permito confesarle de la forma más sincera y clara mis sentimientos.
¿Por qué de esta manera tan formal? 
Pues le explico: jamás he sentido algo igual. Y a juzgar por las miles de historias que se han contado y escrito. Las millones de canciones compuestas y entonadas, sin mencionar las toneladas de chocolates regalados. Y las hectáreas de campos de flores aniquiladas.
Me sirvo de expresar en esta rubrica, que usted...sí usted, es a quien amo.
Bueno o al menos eso quiero creer. Porque como le dije, esto para mí es nuevo.
No puedo felicitarle, ya que ni a mí mismo me felicito. Es cosa de irme acostumbrando.
Siempre pensé que enamorarse era esa idea dorada que la historia, los poetas y nuestras madres nos hacían desear desde niños. ¿Por qué? No lo sé.
Esa necesidad casi patológica de pensar que dos personas se tienen que complementar, no me ha quedado muy clara hasta ahora.

Lo que pasa es que he visto muchísimas películas y leído igual número de novelas; en las que los protagonistas se complican la existencia de una u otra manera para terminar juntos.
Yo no busco complicar su vida ni la mía. Lo que busco es facilitar la de ambos.
¿Quién no admira al héroe que da la vida por el ser amado?
En realidad me parece una idea bastante boba. 
Personalmente, y para que me conozca, he pasado por perdidas difíciles en mi vida. Al igual que muchas otras personas en este mundo que han sido muy valientes al seguir adelante. El camino sigue y pienso que el mayor acto de cariño sería poner en práctica lo que ese ser nos transmitió, recordándolo hasta que nuestro tiempo acabe.
"El muerto al pozo y el vivo al gozo".
Yo no pelearé batallas por usted, pero si le animaré para que usted las pelee por su propia cuenta y tal vez nos unamos en unas cuantas.
Y es que no puedo comparar el afecto que tengo hacia su persona, como el que siento por mi familia. Que a decir verdad, a ellos solo los soporto porque son mi familia. Porque entre nosotros no es necesario cuestionarse el cariño. Nos queremos y punto. Imagino que así debe sentirse. Debe ser universal.
Un sentimiento con las cualidades que mencionan: desinteresado, puro, sincero, fuerte...etcétera, etcétera, etcétera.
Me permito exponerle mi forma de ver este asunto amoroso.
Algunos dicen que no existe. Otros dicen que es difícil de encontrar.
Yo creo que es la energía que vive por naturaleza dentro de nosotros. Y sólo necesitamos un catalizador para liberarlo y ponerlo en movimiento. En este caso mi catalizador es usted.
¡Felicidades!
Más para mí, que para usted.
Pero como antes mencioné, los sentimientos por la familia y amigos, incluso mascotas, trabajo, pasiones y a uno mismo, son catalizadores que quiero usar toda la vida. La verdad es que siento lastima por quienes no tienen nada. Tal vez, por eso el mundo está como está. Aun no lo sé.
Porque discúlpeme, pero lo más importante es que yo sea feliz. Veamos esto como una inversión, sí yo soy feliz con usted, instantáneamente la retribución será hacerle feliz y viceversa.
En conclusión, si usted no es feliz con su servidor, le recomiendo lo comunique a la brevedad. Para reconciliar diferencias y que ambas partes queden satisfechas. Si no, podrá ser muy difícil, pero algo se tendrá que hacer.
Para eso tenemos un cerebro que nos permitirá ser razonables. Y un corazón que seguirá bombeando sangre...
Recuerde: No hay heroísmo cuando se sufre innecesariamente, eso se llama: masoquismo.
Quisiera tocar un tema en el que espero no ofenderle: el sexo.
Cómo a todo ser humano me gusta esta necesidad fisiológica. Pero todos somos diferentes en este aspecto. Me gusta la creatividad, espontaneidad y gozar. Muchas veces escuchamos hablar de experiencias de unos pocos que lo califican como: "hacer el ¿?".
Es algo que estoy dispuesto a experimentar con usted. Pero tampoco quiero que mi vida gire entorno a esto. Obviamente será así durante un buen tiempo, pero lo que busco en usted va más allá de eso.
Muy lejos de su apariencia, porque la realidad es que yo no soy un adonis. Yo busco una mente que pueda explorar, una personalidad que me cautive y un carácter que pueda admirar. Imágenes y estereotipos hay muchos, lo que más me importará serán sus acciones y lo que usted lleva dentro.
Lo sé, suena demasiado trillado y puesto en práctica por unos cuantos que no son hipócritas, pero espero poder hacerlo con usted.
El sexo, me lleva a otro punto de vital importancia: los hijos.
En este terreno intento ser muy cuidadoso. Ya que yo fui un niño a quien le dieron la oportunidad de nacer y crecer en una familia que admiro.
Pero por el momento no me veo con este rol dentro de la sociedad. No lo descarto. He aprendido a la mala del adagio:
"Nunca digas: de este agua no beberé, el camino es largo y te puede dar sed".
Tal vez usted haga que piense diferente.
Le confieso que sí me gustaría darle la oportunidad a un niño huérfano de tener un hogar, mediante la adopción. Pero eso la platicaremos con más calma.
Hay un punto que no he tocado y quiero dejar muy claro. Tantas costumbres frívolas, de índole consumista y demás que tiene la sociedad, la verdad me parecen efímeras y pasajeras.
Por ejemplo una boda. Por supuesto tendré que escuchar su opinión al respecto, ya que siempre quiero escuchar su opinión, cuando yo la requiera. Porque habrá días en que solo querré que me escuche y nada más. Me comprometo a hacer lo mismo por usted.
Pero en fin. Una boda, una casa ostentosa y muchas cosas para demostrar lo felices que somos, no me gustaría tenerlos, sí nuestra alma realmente no la necesita para ser felices. No quiero nada con usted que no sume un verdadero significado a nuestra vida y a la de quienes decimos amar.
A veces la gente gasta mucho dinero, tiempo y esfuerzo para cumplir expectativas de otros. Sí son las metas propias adelante, sino no hay más que decir.
No quiero que se sienta con la obligación de cumplir mis expectativas, porque de ellas me encargo yo. Lo que deseo es que usted se encargue de las suyas y que sea feliz realizándolas. Es todo lo que exijo.
Y es que siempre me he jactado de tener una mente muy abierta y querer pensar de diferentes maneras.
Y eso es a lo que me comprometo. A que usted me haga admirar sus virtudes y adorar sus defectos. Que me haga cambiar una y mil veces de opinión y forma de pensar. No quiero que entregue su vida a mí.
Quiero que me haga probar cosas que jamas probaría. Descubrir una realidad más allá de esta. Amar lo que tal vez odie y odiar lo que algún día amé.
Pero ya hablé muchísimo de mí y lo que pido, pero nada de lo que ofrezco.
Yo le ofrezco seguir siendo yo, para que usted haga lo mismo.
Cuidarle, comprenderle, hablarle con la verdad, ser atento, cariñoso, caballero y demás, son cosas que esta de menos mencionar porque procuraré hacerlo siempre.
Como intenté expresarle:
La felicidad es un camino. Porque no es un destino, es un camino que irradia sus cosas buenas. Pero también cosas no tan buenas, que estoy dispuesto a afrontar, junto con usted.
En fin espero este escrito le sirva no solo para conocerme, sino también para que sepa en qué se está metiendo. Y pues, para saber sí yo soy el catalizador de su vida.
La verdad es que aun falta muchísimo por desarrollar, pero espero contar con su valiosa opinión la próxima vez.
Y así empezar oficialmente nuestra historia.
Me despido de usted, agradeciéndole de antemano.
Quedo a sus apreciables órdenes y comentarios.
Omar Rincón.









1 comentario:

  1. Increible, "Tienes un punch, ejercitalo", asombrosa forma de atrapar al "cliente".

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